En el mundo de la asistencia sanitaria, el consentimiento desempeña un papel importante. Hay dos tipos principales de consentimiento: expreso e implícito.
El consentimiento implícito se refiere a situaciones que implican un permiso inferido, mientras que el consentimiento expreso implica un permiso manifiesto. El consentimiento es un componente integral de los tratamientos y procedimientos médicos.
Contribuye a validar la relación entre el paciente y el profesional sanitario y refuerza el respeto por la autonomía individual y los derechos de toma de decisiones de los pacientes.
El tema del consentimiento adquiere gran importancia durante la investigación de una demanda por negligencia médica.
Siga leyendo para aprender más sobre cada tipo y la diferencia entre el consentimiento expreso e implícito en Nuevo México. Si usted tiene preguntas, por favor póngase en contacto con nuestros abogados de negligencia médica de Nuevo México hoy.
¿Qué es el consentimiento implícito en términos médicos?
El consentimiento implícito se produce cuando el consentimiento no se da explícitamente, sino que se infiere de acciones o circunstancias. El consentimiento implícito es el que no se otorga expresamente. Suele ocurrir cuando no puedes comunicarte con la víctima. Lo más habitual es que esté inconsciente.
El consentimiento implícito a un tratamiento médico suele surgir en situaciones en las que un menor requiere atención médica urgente y sus padres o tutores legales no están disponibles para dar su consentimiento. Esto suele ocurrir en casos de lesiones potencialmente mortales, en los que es necesaria una intervención médica inmediata para preservar la salud y el bienestar del menor. En tales casos, los profesionales sanitarios pueden proceder con el tratamiento basándose en el supuesto del consentimiento implícito, dando prioridad al bienestar del menor en ausencia de autorización explícita de un progenitor o tutor.
El consentimiento implícito se entiende a partir del contexto, las acciones o los hechos y circunstancias de una situación concreta. El consentimiento implícito se da todo el tiempo en un entorno médico, especialmente cuando se acude a la consulta de un médico.
Cuando un paciente visita a un médico para un chequeo general y se sienta para el examen, es una forma de consentimiento implícito.
Cuando te presentas a vacunarte contra la gripe y empiezas a remangarte o vas al laboratorio a hacerte análisis de sangre, es un consentimiento implícito.
El principio en que se basa el consentimiento implícito es que la cooperación del paciente con la evaluación básica de su salud y los procedimientos no invasivos indica que está de acuerdo.
El consentimiento implícito suele aplicarse en situaciones que implican intervenciones médicas menores, como reconocimientos físicos rutinarios, medición de constantes vitales o pruebas diagnósticas básicas.
Sin embargo, es crucial entender que el consentimiento implícito no se aplica universalmente a los procedimientos médicos.
La gravedad del procedimiento y sus riesgos asociados pueden requerir una forma de consentimiento más formal y explícita, denominada consentimiento expreso.
¿Qué es el consentimiento expreso?
El consentimiento expreso es una aceptación explícita y voluntaria de una intervención médica concreta. Puede ser verbal o escrito, y este último suele exigirse para procedimientos importantes como cirugías o protocolos de tratamiento experimentales.
El proceso de obtención del consentimiento expreso implica que el profesional sanitario explique detalladamente la intervención médica propuesta, incluida la naturaleza, la finalidad, los posibles beneficios, los posibles riesgos y las alternativas disponibles.
Una vez comprendidos estos aspectos, el paciente acepta verbalmente la intervención propuesta o firma un formulario de consentimiento por escrito.
El consentimiento garantiza que los pacientes tomen decisiones con conocimiento de causa. El consentimiento expreso puede ayudar a proteger a los proveedores médicos frente a falsas acusaciones de negligencia médica.
La diferencia entre consentimiento expreso y consentimiento implícito
La diferencia más significativa entre el consentimiento expreso y el implícito reside en el nivel de comprensión y participación del paciente en el proceso de toma de decisiones.
Por el contrario, el consentimiento expreso implica una línea de comunicación directa y clara entre el profesional sanitario y el paciente.
Asegurar el consentimiento expreso también garantiza que el paciente ha tenido amplia oportunidad de hacer preguntas, contemplar las implicaciones y luego decidir con pleno conocimiento.
Tanto el consentimiento expreso como el implícito son fundamentales en la asistencia sanitaria. Reflejan el derecho del paciente a la autonomía, la dignidad y la participación activa en las decisiones sanitarias.
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